P-.¿Quién era Juan Garrido, hombre negro
que participó en la conquista de América y qué constancia histórica hay de su
existencia?
R.-Garrido era
un negro libre nacido en alguna parte del continente africano que, no sabemos
bien cómo, terminó participando en la conquista y colonización de América con
los españoles. El documento más acreditativo de su existencia es su probanza,
un acta notarial en el que reclamaba mayores recompensas por sus servicios a la
corona y en la que consta la declaración de testigos que dan fe de lo que allí
se cuenta.
P.-Llama la atención el hecho de que fuera un hombre libre, cuando en los países no hispanos de América todos los hombres de raza negra eran esclavos.
R.-También en la América hispana y en la
propia España estaban esclavizados. Es muy famoso el esclavo negro Estebanillo,
quien también estuvo en la conquista. Sevilla, además, era la ciudad con más
esclavos de Europa en el siglo XVI y buena parte de ellos eran negros. Añado
como curiosidad que Boda de negros es un romance satírico sobre
esclavos de Quevedo que escandaliza a cualquier lector contemporáneo. Garrido
debía ser de las pocas excepciones que confirmarían la regla.
P.- ¿Cómo era el Santo Oficio de la época?
R.- Pues como
todos sabemos, no en balde su leyenda fue ganada a pulso: un órgano de la
intransigencia que perseguía a moriscos y judíos y también a todo aquel que,
según ellos, se apartara de la ortodoxia católica. No pocos procesos de la Inquisición fueron
contra protestantes.
P.- Nuestro protagonista va con Ponce de
León incluso a la conquista de Puerto Rico. ¿Cómo vivieron aquella aventura?
R.- Cabe suponer
que de manera truculenta, pues entre las luchas contra los nativos para
apoderarse de la isla y sus recursos y las batallas entre las facciones de los
conquistadores para apropiarse de títulos y riquezas, no creo que la vida les
fuera sencilla. Además, lo mismo que los nativos se vieron afectados por las
enfermedades importadas por los europeos, sucedió también al contrario, como
fue el caso de la sífilis.
P.- ¿Cómo es
R.-
P.- El negro Juan fue retratado por Diego de Rivera en un mural -aunque no habían imágenes verdaderas de él- porque fue un personaje importante en la llegada de los españoles a México con Hernán Cortés. ¿Qué grandes cambios en la agricultura y qué actos reseñables llevaron a cabo?
R.- Se cree que
Juan Garrido se sumó tardíamente a las huestes de Hernán Cortés, pero su
excepcionalidad racial -y seguro que personal- no dejaron que pasara
desapercibido para la historia. Fue el responsable de la edificación de la
iglesia de los Mártires, así llamada por los que perecieron en la Noche Triste y hoy
conocida como de San Hipólito. Sigue conservándose el templo en el actual
México DF. También fue el introductor del cultivo del trigo en el Nuevo Mundo y
es así como lo retrata Rivera, plantando trigo. En fin, nuestro personaje forma
parte de la historia fundacional de la actual nación mexicana.
P.-¿Cuánta documentación ha sido necesaria para una novela como esta?
R.-Además de la
probanza que cité anteriormente, he tenido como fuentes principales El
imperio español y La conquista de México, de Hugh Thomas, además de Juan
Garrido, el conquistador negro en las Antillas, Florida, México y California, del
portorriqueño Ricardo E. Alegría. En estos textos se recoge todo lo que se sabe
de Garrido, que no es mucho. Como anécdota, el de Alegría es un libro al que le
tengo particular afecto por el hecho de que lo encontré por internet en una
librería de viejo de Cambridge y me lo mandaron por mensajero a un precio
ínfimo. Además, tiene la dedicatoria del autor a un bibliófilo inglés amigo
suyo. Me gusta imaginar los avatares sufridos hasta que llegó a mis manos.
P.- Hay quien en el presente vuelve a idílicas imágenes de razas puras, de territorios alejados del mundo, puros y sin contaminaciones, pero tú muestras la riqueza que pudo aportar el mestizaje.
R.- En mi
condición de canario, no puede ser de otra forma. Canarias es el resultado del
mestizaje de españoles, portugueses, italianos, franceses, aborígenes, moros… Y
entiendo que esa es una de las principales riquezas de mi tierra, que tiene una
cultura singular hibridada de todas estas influencias. Algo muy similar ha
ocurrido en América. Desde luego, el mestizaje no es excluyente, sino inclusivo
y da lugar a sociedades abiertas, más tolerantes y cosmopolitas, según mi
opinión.
Negro Juan (M.A.R. Editor) ha sido presentada en Tenerife Noir, Festival Atlántico de Novela, en un acto celebrado en la Librería La Isla
Más información en M.A.R. Editor http://www.mareditor.com/narrativa/negro_juan.html