“Y el rey Herodes ordenó matar a todos los niños menores de dos años nacidos en Belén, con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazareth, de quien se decía que estaba destinado a destronarle”.
–¡Qué historia
más sanguinaria y más cruel! Tenemos que conmemorar este acontecimiento crucial
en la pervivencia de nuestra fe. Lo llamaremos el Día de los Santos Inocentes.
¿Qué fechas quedan libres, Leonardo?
–El 28 de
diciembre, Santidad. ¿Pero en qué consistirá la celebración a esta matanza?
–Pues… no sé.
¡Ah, sí! ¡Pasaremos el día gastando bromas a la gente!
(La Santa Madre Iglesia,
2.000 años demostrando sensatez y buen juicio)
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