Pregunta.- ¿Cómo te has sentido participando con un relato y prologando esta publicación?
R.- Pues la verdad, ha sido un auténtico placer. Tuve la oportunidad de leer con detenimiento todos y cada uno de los cuentos, relatos y reflexiones de los autores antes de su publicación para elaborar el prólogo. Y sentía que estábamos ante una nueva forma de entender y exclamar lo que significa y tiene el románico de nuestra tierra y de otros pagos.
P.- ¿Puedes
profundizar en ello?
R.-Quiero decir que el Románico, de natural, ya tiene su inmensa riqueza
artística y patrimonial, pero aquí, en la antología, he sentido que las piedras
tenían vida. Han nacido o renacido leyendas, vivencias, experiencias reales o
imaginadas. Los escritores han querido dejar una huella propia, dando un
sentido a las palabras que van a sorprender al lector.
P.- ¿Es también una
antología sobre lo rural y Castilla?
R.- Pues probablemente sí. No me cabe ninguna duda. Se deja entrever un
trasfondo que habla de la “España Poco Habitada”, pero que no está exenta de
vida. Las ermitas y las iglesias llevan ahí desde tiempos inmemoriales,
formando parte del paisaje y del paisanaje. Cómo interpreta cada uno su
presencia es lo que da sentido a toda la antología. Entrelazar historias con la
disculpa de lo Románico no deja de ser un ejercicio de responsabilidad. O si se
prefiere, una forma de “vender” y promocionar lo mucho y bueno que tienen las
tierras castellanas de interior, por citar un ejemplo.
P.- Arte, patrimonio,
vivencias... ¿Con algunas conclusiones claras?
R.- En esta vida nada es ni blanco ni negro. Pero sus páginas nacen en un
momento diferente. Se fraguan en pleno confinamiento y empiezan a viajar en un
momento complicado, entre repuntes y toques de queda. Yo creo, sinceramente,
que el elenco de autores han dado una vuelta de tuerca en sus expresiones. Ya
lo comento en el prólogo: “puede que estemos en el momento preciso para
trasegar por una literatura fresca, directa, ecológica, sin intermediarios y
muy sostenible”
P.- Y puede que
también sus páginas supongan, ¿un toque de atención?
R.- Claro. Y un aviso para navegantes. Tenemos arte único, para dar y tomar.
Tenemos un patrimonio castellano impresionante. Tenemos generaciones que han
conformado lo que es y significa esta tierra. Comarcas y pueblos que necesitan
tener futuro, pero sobre todo presente. Lo rural debe cobrar enteros y si para
explicarlo hay que tirar de antologías, hágase. Pero aquí también tienen cabida
las ciudades, que todo va unido y de la mano. En el fondo, y en la esencia, lo
que se describe es una forma de vida, de ser y de estar. Lugares que tuvieron gran
protagonismo en otros tiempos y que, visto lo visto, pueden convertirse en el
refugio y en el hogar de nuevas generaciones. No será fácil. Pero ni no sabemos
explicar, contar y valorar lo que tenemos. Si nosotros mismos no nos sentimos
orgullosos, difícilmente vamos a animar a otros a sumarse a la causa. Es lo que
engloba el libro: sentimiento de pertenencia y defensa de lo cercano. Castilla,
como gran motor de las cosas sin menospreciar a nadie. Y sin complejos. En
nuestro caso ha tocado hacerlo a través de la palabra escrita. Es una contribución
humilde, pero ya saben que caminante no hay camino.