Reflejo la situación de las mujeres, las
dificultades que tienen para ser protagonistas de sus vidas, la falta de
libertad para elegir cómo ganarte la vida
P.-¿De
qué trata la novela que es el eje central de Daños Colaterales?
R-
De corrupción, de las complicidades que se dan en ella y de los impedimentos,
en muchas ocasiones, que existen para llegar hasta el final de las
investigaciones. También se refleja la situación de las mujeres, de las
dificultades que tienen para ser protagonistas de sus vidas, de los abusos de
poder de los jefes en el trabajo, de la falta de libertad para elegir cómo
ganarte la vida.
P.-¿Novela
negra, realismo social, o casi crónica periodística de la corrupción y el
delito generalizado?
R.-Novela
negra, sin duda. En la trama puedes meter más o menos componentes sociales, ya
que el género lo admite, pero debe ceñirse a la historia que quieres contar.
Hay que diseccionar las causas de lo que acontece en la historia para que
encajen las piezas, como si de un puzle se tratara. Y crónica también, por
supuesto, aunque el tratamiento sea literario.
P.-¿Por
qué en tus novelas los personajes principales son siempre mujeres?
R-
Porque soy mujer. Las historias de mujeres se cuentan mejor desde nuestra óptica.
La literatura está poblada por mujeres y hombres, en mayor o menor medida, pero
no en todas se da a la mujer el papel protagonista o se cuenta su sentir. Yo
quiero contar historias desde el punto de vista de la mujer, ya que, casi
siempre, se le ha dado un papel auxiliar en la vida, en literatura y en la
sociedad. Hay que tener en cuenta que la mujer ha participado en la sociedad
desde el principio de los tiempos, pero la historia ha sido contada y escrita
por hombres y se han olvidado de las mujeres; solo se las veía como objetos
para servir al varón. Así lo establecieron las religiones monoteístas, con la
complicidad de filósofos y científicos. Aristóteles decía que la mujer era un
hombre incompleto, una simple vasija (y ahí están las actuales granjas de
mujeres para servicio de la industria, para quienes puedan pagar una criatura
por encargo). Estoy escribiendo un ensayo sobre los inicios y la pervivencia de
la cultura patriarcal a través de la historia
P.-Los
relatos que complementar Daños colaterales son quizá aún más duros que la
novela.
R.-
Sí, efectivamente. En ellos he querido plasmar temas sangrantes que no se
tratan a fondo porque no se quiere molestar a los poderes fácticos que hacen
posible tanta barbarie. Pretendo una mirada profunda de cuanto acontece en
nuestra sociedad, las causas y sus trágicas consecuencias. Pretendo llamar a la
reflexión, pero también a la emoción, ya que ambas se retroalimentan.
P.-¿Cuáles
son los temas desgarradores que tratas en los relatos?
R-
Las guerras inducidas para alimentar a la poderosa industria armamentística,
las infancias robadas en todas sus vertientes y sus consecuencias, el abuso
sexual, la prostitución, la devastación de las guerras, las migraciones. Pero
también se vislumbra en algunos de los relatos la voluntad de salir de las
situaciones dadas, de querer romper los moldes establecidos.
P.-¿Crees
aún que los libros, la cultura, pueden cambiar el mundo?
R-
Sí, la palabra es un arma muy poderosa, máxime cuando se tienen medios para
difundirla. Ahora bien, dependiendo de qué palabras y qué mensajes se difundan
así será el resultado de la cultura que se instale en la sociedad. Joseph
Goebbels, jefe de propaganda de Hitler, lo tenía muy claro y en esa cultura de
la difusión estamos hoy día, en mayor o menor grado. A la cultura de la
barbarie hay que enfrentar la defensa de los derechos humanos; hay que cambiar
el curso de la historia que se está imponiendo, es cuestión de supervivencia de
la especie humana. Frente al pesimismo de la realidad está el optimismo de la voluntad,
que decía Gramsci. Si nos asentamos en la indiferencia el futuro de la
humanidad está perdido.
Vídeo de la presentación