José
Luis Caramés Lage,
profesor Titular de Filología Inglesa en la Universidad de Oviedo durante cuatro décadas, será uno de los autores
de M.A.R. Editor que presentará su
libro (Asesinatos
con arte) el sábado 18 de julio en la semana Negra de Gijón
M.A.R. Editor participa por segunda vez consecutiva en la
Semana Negra de Gijón en julio de 2015. Esta vez su participación estará
centrada en la novela negra y en la lucha de las mujeres por sus derechos a lo
largo de la historia. La presentación de las novedades de la editorial
tendrá lugar el 18 de julio en la Carpa Espacio A Quemarropa. Y
contaremos con la presencia como presentadores de los escritores Miguel Ángel de Rus
y Pedro
Antonio Curto, y de los autores José
Luis Caramés Lage que presenta la novela negra. Asesinatos con arte, Salvador
Robles Miras, quien presenta la novela negra. La
exclusiva del asesino, Óscar
Fernández Camporro, quien presenta la novela Negra Regresa
a Riverthree y Montserrat
Suáñez, que nos informará del proyecto Mujeres en la historia (desde la guerra mundial hasta
hoy). Compartimos carpa A Quemarropa y tarde con Juan Ramón Biedma, Luis
Sepúlveda, Paco Ignacio Taibo, el homenaje a Jean Françoise Vilar con Jacques
Aubergy, Lourdes Pérez y Ángel de la Calle y con Pablo Bueno y Alejandro Caveda.
Y además, tenemos el homenaje a Milo Manara. Un lujo de tarde.
José
Luis Caramés Lage: Universidad, novela y Asturias
P.- Cuál ha sido
tu experiencia en la Universidad de Oviedo en estos años
R.- Tengo la
medalla de oro de la Universidad de Oviedo en la que he estado como profesor 35
años y ahora sigo como Profesor Honorífico. Aquí estudié Filosofía y Letras en
la rama de Filología Inglesa. Aquí presenté mi Tesis de Licenciatura y mi Tesis
Doctoral y de todo ello me siento orgulloso. Siempre tuve vocación de profesor
y he tenido la suerte de dedicarme a lo que me gusta. En la Universidad de
Oviedo tuve buenos profesores y buenos alumnos y me he formado, con una buena
basa conseguida en la Universidad británica, como docente e investigador. La Universidad de Oviedo es una buena
institución dentro de las universidades españolas. El contexto asturiano se
encuentra en declive industrial y muchos profesionales jóvenes han emigrado. Yo
resiento no haber podido formar un grupo de expertos en literaturas y culturas
extranjeras dentro del cual nos ocupásemos, por ejemplo, de un continente como
el africano. Pero mis alumnos más brillantes no han tenido trabajo en esta
Universidad y se han marchado a los Estados Unidos, Gran Bretaña, Dinamarca,
Alemania, Italia, etc., en donde han llegado a catedráticos de Universidad. Es
decir, la Universidad española no respalda a los equipos de investigación,
salvo grandes excepciones, sobre todo en las Ciencias Humanas. En estos
momentos la Universidad española ha tergiversado la planificación de Bolonia y
ha metido a los alumnos, docentes e investigadores en un mar de burocracias
llenas de estereotipos que han maniatado a todo el sistema educativo
universitario español haciéndolo incomprensible.
P.- ¿Ves vivo y
activo el ambiente cultural de Asturias? ¿Y su universidad?
R.- Mi respuesta
es no. En Asturias no hay un diseño cultural que provenga del gobierno
asturiano. Hay cosas pequeñas y muy concretas que festejan al Principado y a
sus logros, casi todos bastante antiguos. No se ve una inclinación
institucional hacia la cultura, aunque es verdad que se ha hecho hincapié desde
hace años en la música culta. De todas formas, es una comunidad sofisticada que
desarrolla facetas culturales muy ligadas a la tierra y sin muchas miras hacia
lo internacional. En la Universidad no se puede decir que exista un programa
cultural establecido, aunque aparezcan, de vez en cuando, manifestaciones
culturales.
P.- En tu libro
“Reflexiones para crear ideas en el futuro de los Indignados” proponías ideas y
conocimientos para los Indignados. ¿Estás siguiendo la materialización de sus
planteamientos en Asturias?
R.- La verdad es
que no veo nivel cultural en la mayoría de la gente que protesta. Los españoles
no recogemos el conocimiento de la experiencia. Parece que nuestras ideas
provienen de las nubes en donde crecieron según quien hable. Pero los
sentimientos, a costa de que no se emplea la razón que ha experimentado,
desbordan cualquier propuesta de sentido común que se realice. Esto lo vemos en
los programas de televisión en donde todos los tertuliamos hablan al mismo
tiempo, se interrumpen y no escuchan. España es un país que no escucha. Lo
sabemos todo y no necesitamos que nadie nos cuente historias raras. Ya las
sabemos todas. Claro, con esta mentalidad, la de “todo está inventado”, sin
sentido común, sin experiencia que nos lleve a la adquisición del conocimiento,
sin escuchar al diferente, sin diálogo, sin ganas de aprender, por muchas
reflexiones que uno pueda hacer, de poco va a servir para modificar nuestro
interés egoísta y lleno de un Yo que, en realidad, aunque no cabe en ningún
lugar, está vacío.
P.- ¿Qué siente
un intelectual, un hombre de universidad como tú, al participar en la próxima
Semana Negra?
R.- La Semana
Negra es una de las celebraciones culturales más importantes de Asturias. Se ha
mezclado con el folclore, música, la verbena, pero les funciona bien y algo es
algo. Creo que el intelectual debe ser una persona con deseos constantes de
aprender, lo mismo que el profesor de universidad que debe abrirse a todo lo
que pueda ser un aprendizaje. La novela negra es una forma de ver la realidad
de la vida, una manera de reflejar un mundo de las ideas extraño, sorprendente,
oscuro, barriobajero, lleno de gentes muy descolocadas y con mucha
individualidad. Pero, es una perspectiva de la vida y nada fácil de percibir. Los anglosajones, más que nadie los
británicos, han creado este tipo de narrativa negra para reflejar la situación
social del siglo XIX con la Revolución Industrial y todos sus problemas. Pero,
además, han estudiado a la naturaleza humana, capaz de hacer cosas muy buenas y
cosas horribles. Es algo que han realizado a través de sus experiencias y creo
que es un mensaje muy provechoso para todos los humanos que saben y quieren
leer cosas nuevas. De aquí que la Semana
Negra sea un lugar de encuentro muy constructivo.