4/2/19

"36 maneras de quitarse el sombrero", de Miguel Ángel de Rus, en diario Público


El nuevo libro de Miguel Ángel de Rus empieza con Carlos de Inglaterra y Camilla yendo en un coche blindado por las calles de Gibraltar y sufriendo un potente atentado terrorista que les lleva a emular el vuelo de Carrero blanco. Hay una Cumbre Mundial en la que el magnate judío Soros imparte órdenes a algunos de sus lacayos: Obama, Ángela Merkel, Solana y Alberto de Mónaco, y todos morirán entre terribles sufrimientos. Un conocido periodista será humillado por una prostituta en un montaje organizado por poderes ocultos de los que nada llegamos a saber, ¿les suena familiar? Y entre las diversas facetas del mundo actual encontramos a un líder religioso yanqui que lleva a sus seguidores a creer que los homosexuales se convertirán en caníbales y se comerán a sus semejantes hasta acabar con la especie humana, porque dios se lo ha dicho. Este pastor no es el único que juega con el fin del mundo en el libro, lo hacen también un multimillonario productor cinematográfico y la más popular periodista afroamericana de Estados Unidos. Para colmo, De Rus nos muestra a uno de los amos del mundo en su mansión, en la que los Jefes de Estado son sólo el servicio, adoctrinando a un escritor de fama para que sus novelas lleven a la sociedad al convencimiento de que la guerra ha terminado y “ellos” han vencido, que no hay salidas y es el fin de la historia.
            El escritor David Acebes afirmaba en una de las presentaciones de 36 maneras de quitarse el sombrero que es un libro que muestra en relatos todas las perversiones del capitalismo, que es la versión satírica de La doctrina del shock, de Naomi Klein, y añadiría que con un estilo depurado, en el que cada palabra es irremplazable, Miguel Ángel de Rus muestra con sátira acerada el lado más risible de los intelectuales, los políticos, la gente de bien, los verdaderos poderosos y todas las creencias que la sociedad ha acabado por aceptar. De Rus mezcla la crónica negra con el humor negro y la sátira con maestría. Sus muertos se reparten por el cementerio parisino del Père Lachaise, el Palacio de Mónaco o Gibraltar  e incluso los servicios secretos españoles quedan ridiculizados siguiendo la pista de una pintada que les desasosiega, tras la cual acabarán descubriendo que ya ni enemigos tienen. Lo cual les supone una decepción.

            Relato negro y humor negro que alcanzan su cumbre cuando se nos muestra a Trump negociando con el contratista que construirá el muro con México por dónde pasará la droga y cuánto subirá su precio, por dónde pasarán los inmigrantes ilegales y cuánto cobra ahora cada mafia, dónde estarán en el muro los prostíbulos, los casinos, los hoteles, y cuánto ganará él por todo ello. Afirmaba el académico José María Merino que “es una narrativa muy bien construida con precisión, concentración dramática, síntesis, que es una escritura perfecta”, pero es además el retrato del panorama desolado del sistema capitalista, del mundo libre, en el que De Rus nos muestra un terrible paralelismo con la Europa de finales de los años 30.