21/3/19

Lunes, 25 de marzo, programa paralelo de Tenerife Noir: el relato negro-satírico de Miguel Ángel de Rus y la novela histórica policíaca de Francisco Javier Illán Vivas


El próximo lunes, 25 de marzo, aterrizan en el programa paralelo de Tenerife Noir el relato negro-satírico de Miguel Ángel de Rus con 36 maneras de quitarse el sombrero, y la novela histórica policíaca de Francisco Javier Illán Vivas con 1314, la venganza del templario. Ambos libros se presentarán el 25 de marzo, a las 19,15 h en Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Tenerife, Avenida Tres de mayo, Tenerife. Presentará ambos libros el escritor tinerfeño Javier Hernández Velázquez.
Antes de las presentaciones, a las 19h, M.A.R. Editor entregará los el diploma acreditativo de Ganador del VI Premio Alexandre Dumas de Novela Histórica a Javier Hernández Velázquez. Por su novela Baraka -que se presentará en Tenerife el día 5 de abril-. Asimismo se entregará el diploma acreditativo del Accésit del premio a Francisco Javier Illán Vivas.
Los libros:
El tinerfeño Javier Hernández Velázquez presenta ambos libros, siendo el primero de ellos 36 maneras de quitarse el sombrero de Miguel Ángel de Rus, del que ha afirmado Carlos Augusto Casas (ganador del Premio Ciudad de Santa Cruz 2018) que se trata de “Relato negro y humor negro que alcanzan su cumbre cuando se nos muestra a Trump negociando con el contratista que construirá el muro con México por dónde pasará la droga y cuánto subirá su precio, por dónde pasarán los inmigrantes ilegales y cuánto cobra ahora cada mafia, dónde estarán en el muro los prostíbulos, los casinos, los hoteles, y cuánto ganará él por todo ello (…), es además el retrato del panorama desolado del sistema capitalista, del mundo libre, en el que De Rus nos muestra un terrible paralelismo con la Europa de finales de los años 30”.
Son 36 relatos de los que afirma De Rus “En ellos los protagonistas son Carlos de Inglaterra y Camilla yendo en un coche blindado por las calles de Gibraltar y sufriendo un potente atentado terrorista, los políticos de una Cumbre Mundial que acabarán envenenados, o líderes religiosos de sectas yanquis llevando a la gente a la autodestrucción, convencidos del fin del mundo. Ellos nos hacen vivir como quieren y nos hacen creer que somos libres, y en mis relatos muestro el lado más terrible y el más risible de su realidad”.
Para el Académico de la Lengua, José María Merino, “hace mucho que no encontramos en nuestra literatura esta sátira explícita, implacable. Se trata de un libro transgresor, provocador social y políticamente, que podemos considerar, en estos tiempos tan pacatos en la aproximación a ciertas materias, políticamente incorrecto, y que se aproxima a muchos aspectos de la realidad desde lo esperpéntico”.

El tinerfeño Javier Hernández Velázquez presenta también 1314, la venganza del templario, de Francisco Javier Illán Vivas, una novela histórica de tintes policíacos. Desde su creación, la Orden del Temple tuvo acceso a secretos que confirmarían las bases del Cristianismo o, por el contrario, derrumbarían los cimientos sobre los que se sustentaba. La duda, y la controversia, siguen vivas siglos después. En 1314, la venganza del templario, se ofrecen muchas respuestas. El último Gran Maestre, Jacobo de Molay, envió a uno de sus freiles de confianza en busca del fruto de la vida, aquel del que se habla en el Apocalipsis y que crecía en la zarza ante la que Moisés se postró. Una misión que al aragonés le llevó siete años. En su larga búsqueda, quedó ajeno a los acontecimientos que se precipitaron en Francia, con la detención de todos los freiles templarios en una misma noche, la fatídica del 13 de octubre de 1307

Afirma Illán Vivas: “La trama policíaca de la novela nace del encargo que hace el rey francés Felipe IV, dispuesto a apoderarse de los bienes del Temple, y aconsejado por su ministro Guillermo de Nogaret. Felipe IV ordena a su Inquisidor General, Guillermo de París, que interrogue a todos los posibles templarios, para descubrir de qué crímenes se les podía acusar. Ahí el Estado Francés, deseoso de apoderarse de las riquezas del Temple inicia un proceso detectivesco para descubrir cómo incriminarles en delitos y el modo de dar muerte a destacados ciudadanos. La acusación es que los templarios habían matado a diversos acólitos del rey. Se abre un proceso policíaco y judicial, en manos de la Inquisición, que es el antecedente de los modos en que ahora vemos actuar en modo conjunto a policía y justicia, aunque en aquella época los modos y las penas eran mucho más duros”.