17/1/16

Entrevista a Nelson Verastegui por El ojo de la cerradura


P.- ¿Qué vamos a encontrar en El ojo de la cerradura?
R.- Es una miscelánea de relatos de varios tipos, temáticas y extensiones. A la manera de los blogs en Internet, cada uno tiene una serie de etiquetas que indican los temas principales: amor, misterio, psiquis, sucesos insólitos, humor, tecnología, eros, muerte, sueños, odio, amistad, futuro, infancia, sufrimiento, trampas, viajes, arte, escritura, idioma, microrrelatos o voyerismo. Así el lector puede usarlas para escoger según su humor lo que le más llame la atención leer en ese momento. Va del cuento de pocas líneas hasta el largo de veinte páginas. Algunos han aparecido en grupos de Facebook, en el blog http://nv-impresiones.blogspirit.com/ que mantengo desde hace varios años, otros son inéditos o los había empezado hace tiempo y terminé de escribir en los meses que me quedaban de plazo para el concurso.
P.-  ¿Por qué ese título?
R.- Evoca la entrada a un mundo nuevo, la puerta de la imaginación o la curiosidad de ver lo que hay al otro lado a través de ese agujero. Es el nombre del cuento más largo de este libro que a su vez forma parte de un cadáver exquisito que escribimos con unos amigos a quienes animé a participar en ese ejercicio literario. Este cadáver no fue publicado, pero al leer mi parte de manera independiente me di cuenta de que era coherente y podía entenderse fuera del contexto. Por eso lo incluí, al igual que el relato La suerte está echada. Es un tipo de juego literario que me gusta por su creatividad y la colaboración con otros escritores. Así publicamos en Ediciones Irreverentes en 2013 el libro Democracias intervenidas por títeres sin cabeza de quien fui coordinador y editor literario. La Wikipedia lo define así: «el cadáver exquisito se juega entre un grupo de personas que escriben o dibujan una composición en secuencia. Cada persona sólo puede ver el final de lo que escribió el jugador anterior. El nombre se deriva de una frase que surgió cuando fue jugado por primera vez en francés: “el cadáver exquisito beberá el vino nuevo”. En resumidas cuentas se combinan cosas de una idea agregando elementos que pueden o no pertenecer a la realidad».
P.- ¿Empleaste alguna estrategia para ganar el IX Premio Internacional Vivendia-Villiers de relato?
R.- De vez en cuando participo en concursos literarios más para ponerme metas y motivarme a escribir que esperando ganar. Me sirve sobe todo para terminar un proyecto a tiempo. De cierta forma es una lotería. Todo depende del jurado, de los intereses de los organizadores y del mismo premio. Las grandes editoriales ponen en juego mucho dinero pues saben que van a vender de todas formas y por el mismo motivo reciben demasiadas obras que debe de ser difícil de leer y juzgar. Para las pequeñas editoriales es un verdadero riesgo. En este concurso he participado cuatro veces, en dos ocasiones fui finalista; esta ha ido la buena. Han sido cuatro libros diferentes. El primero, Las seis y una noches, fue accésit de la IV edición y publicado en 2010. En 2012 intenté con otro pero no quedé satisfecho con mi selección de relatos ni con el orden que les di. En 2013 fui más cuidadoso y el esfuerzo valió la pena pues estuve entre los finalistas. Esta vez quedé mucho más satisfecho con el resultado que las anteriores. Digamos que la estrategia fue la perseverancia.
P.-¿Cuáles son los cuentos que más te gustan de este libro y por qué?
R.- El relato negro Con tinta china negra muy seca es uno de ellos porque tiene una trama que atrapa al lector y lo mantiene intrigado hasta el final según me han dicho. Me gustó el resultado ya que lo fui armando como un rompecabezas. El relato Silvio canta y Clara silva usa el mundo animal como pretexto para hablar del amor ciego. Los cuentos de humor también me han gustado pues aunque no es fácil ese género, me parece que he logrado mi cometido de hacer reír al lector. Pero hay muchos más.
P.- ¿Cuál es la línea general de la creación literaria de Nelson Verástegui?
R.- Me encantan los relatos fantásticos o futuristas que me permiten imaginar un mundo mejor o al contrario una realidad indeseable como pesadillas. La tecnología es un tema que me interesa por los mismos motivos. Intento aplicar la definición de Cortázar que decía que la novela gana por puntos y el cuento por nocaut; trato de sorprender al lector con relatos más o menos cortos. La novela me interesa pero me parece más difícil;e s cuestión de organización para tener tiempo de llegar al final sin perderse por el camino. 
P.- ¿Qué representa Francia para ti?
R.-Llevo más de la mitad de mi vida en ese país. Vine con una beca del Gobierno Francés para estudios de postgrado supuestamente por tres años. Llegué con un espíritu abierto: si había posibilidad de quedarme un poco más para experiencias laborales o de investigación, lo aprovecharía; si por falta de oportunidades me hubiera tocado regresar al país, no habría sido una catástrofe, pues no salí para escaparme de problemas políticos o económicos. Al final me he adaptado a esta sociedad y a la forma de ser de la gente. Me gusta el espíritu francés con todos sus defectos y cualidades. Es una sociedad contradictoria y libre que gusta del debate intelectual de todo tipo. Es enriquecedora.
P.- ¿Cómo encontraste Colombia en tu último viaje?
R.- He aprovechado para pasar cuatro meses en mi país. Antes viajaba por tres o cuatro semanas solamente. El tiempo pasaba muy rápido visitando a la familia en varias ciudades y encontrándome con viejos amigos. No alcanzaba a ver el funcionamiento de la sociedad ni los cambios profundos que ha tenido.  Esta vez por ejemplo me he dado cuenta de lo trabajadora que es la población en general, de cómo se las ingenia para salir adelante. Me impresionó ver gente joven trabajar casi todo el día y estudiar después del trabajo para obtener un diploma que les permita mejorar su situación. Muchos gastan horas en transporte público para atravesar la ciudad de sus casas al trabajo o a la universidad. Son muy optimistas y alegres. Toman muy pocas vacaciones. Los horarios de los almacenes son muy amplios.  He podido disfrutar de atractivos turísticos, de los platos típicos y de la música. El ambiente de postconflicto ha sido muy benéfico para el país. Ojalá logren terminar esa guerra con la guerrilla que lleva tantos años desangrando al país.
P.- ¿Qué representa Colombia después de tanto tiempo en el extranjero?
R.- No hay lugar ideal. Colombia y Francia tienen cosas buenas y malas. Aunque puedo ser crítico en ambos lados, no me gusta quejarme. Prefiero aprovechar lo bueno de cada lado y observar cómo se vive y se piensa en cada lugar. La posibilidad de pasar varios meses a cada lado del charco es lo ideal pues no es la vida del turista que está de paso. Sigo sintiéndome muy colombiano. Todavía no tengo la nacional francesa, pero es posible que la obtenga ahora. Por fortuna los dos países aceptan la doble nacionalidad.
P.- ¿Cómo ves la mezcla de culturas europeas y americanas en general y en el mundo literario en particular?
R.- El contacto con el extranjero es benéfico para los países. Los viajes forman la juventud, dice un proverbio. Claro que es más fácil viajar en Europa que en América por las distancias y los medios de transporte. Sin embargo en Colombia vi muchos extranjeros con los que uno se puede relacionar y así comparar otras formas de vida. La televisión e Internet son una ventana abierta al mundo. La mezcla de culturas es muy positiva siempre y cuando se aproveche lo bueno de cada una. Me encantó por ejemplo asistir al festival de cine de Cartagena de Indias donde pasan películas del mundo entero. La feria internacional del libro de Bogotá es otro evento muy valioso que permite el contacto con otros mundos. La cultura colombiana es muy activa en el mundo del teatro y la literatura. Da gusto ver esas salas de teatro llenas de espectadores o a los jóvenes buscando libros en las librerías y leyéndolos en los medios de transporte público.
P.- ¿Qué proyectos de escritura tienes para el futuro próximo?
R.- Intentaré seguir escribiendo por la Internet, ya sea en mi blog o en otros grupos literarios. Tengo que organizarme pues ahora que no trabajo me parece que el tiempo pasa más rápido y no lo aprovecho como quisiera. Tengo una novela terminada que, ahora que la he dejado de lado y olvidado por un tiempo suficiente, quisiera releer para verla con otros ojos y darle los toques finales. Tengo ideas para otra novela futurista en la que quiero explorar los cambios que podría tener nuestro mundo en un cuarto o medio siglo. Cosas que probablemente no veré.
P.- ¿Cómo imaginas tu vida y el estado del mundo dentro de diez años?
R.- Soy de naturaleza optimista. Me imagino que los problemas económicos de estos últimos años se habrán resuelto en la mayor parte del planeta. Ojalá que los extremismos políticos y religiosos mermen y llegue la paz y el progreso a tantos lugares donde hoy son las dictaduras, corrupción y guerras los que dominan. Soy muy curioso. Me gustan muchas cosas como la pintura, el dibujo, la fotografía, los idiomas, el baile o el canto que quisiera practicar. Qui vivra verra, como dicen en francés.