P.- A alguien se le puede ocurrir preguntarse sobre 1314,
la venganza del templario, ¿otra novela sobre los templarios? ¿Queda
algo por contar sobre la Orden
del Temple y lo relacionado con ella?
R.- Siempre habrá algo nuevo que contar sobre la Orden del Temple, sobre lo
que representaron en su tiempo y lo que representan en el presente. Sobre las
implicaciones históricas para que se produjesen los acontecimientos como se
sucedieron, quedan muchos puntos de vista que analizar y muchos documentos que
estudiar. Yo no he creado una novela alrededor de los principales personajes
históricos de la Orden,
sino sobre dos marginales que, a mi entender, tuvieron mucha relevancia en que
aún hoy, más de setecientos años después, se siga hablando de ellos y sea raro
el mes, o la semana, en que no se publica algún nuevo ensayo, novela, obra
teatral, artículo, etc. sobre el Temple.
P.- ¿Cree
entonces que el ciudadano actual de a pie sabe lo que es el Temple o es algo
que le resultará desconocido?
R.- Totalmente de actualidad. Mira, ahora mismo la cadena HBO tiene
previsto emitir la segunda temporada de la serie Knightfall, una serie
que se centra en los últimos años de los templarios en Francia, tras la pérdida
de San Juan de Acre. Y Canal Historia acaba de emitir Territorio Templario,
que nos traslada al Maestrazgo, comarca del levante español; es decir, algo muy
cercano a nosotros. Como ves, muy de actualidad y, eso hace que el novelista,
cuando trate sobre la historia de esta Orden, deba mantener un respeto a la
historia y a los documentos, ensayos, y documentales que se desvelan cada nuevo
día.
P.- Comentaba que su novela gira alrededor de dos personajes marginales
en la historia del Temple.
R.- Lo relacionado con el Temple, hoy en día, tiene mucho que ver con el
mito. Primero fue historia, la historia se fue olvidando y se convirtió en
leyenda, y ésta, es la madre del mito, de una nueva mitología. Y ya hemos visto
el mito tiene una enorme fuerza. Sobre lo que me preguntas, me he centrado en
dos personajes que son casi leyenda: Margarita D’Artois y François de Beaujeu.
Sobre la primera puedo decirte que a mi entender fue la que desencadenó la
caída del rey Felipe IV, el apodado El Bello, el gran enemigo del Temple. Es
tan legendaria esta mujer, y tan importante su intervención en la muerte de
Guillermo de Nogaret, el Valido real, que la leyenda no se pone de acuerdo si
su nombre era, en efecto, Margarita o Matilde. Yo me he decantado por el primer
nombre.
Y el segundo personaje es el citado François de
Beaujeu, sobrino de quien fue el vigésimo primer gran Maestre del Temple,
Guillermo de Beaujeu, muerto en la defensa de Acre. No olvido a los
importantes, claro, sobre todo a los tres Guillermos. ¿Sabes? Curioso
que uno de los números mágicos del Temple era el 3, y tres fueron los guillermos
que tuvieron enfrente: Guillermo de Nogaret, Guillermo de Plaisians, y
Guillermo Imbert, cada uno colocado en un lugar clave para acabar con el
Temple: Valido del Rey, Jurista real y Gran Inquisidor, respectivamente.
P.- Apunta en la novela a un gran secreto que escondía el Temple y que
despertó la avaricia del rey francés y del Papa de Roma.
R.- Estoy convencido de que el Temple conocía algo que el rey francés
deseaba saber, y ese es el gran motivo por el cual durante siete años se
sometió a los cabezas templarios a los suplicios que únicamente pudo diseñar
una mente tan perversa como Guillermo Imbert. Fue él el auténtico inventor de
los medios de tortura de la
Inquisición, que utilizó contra personas creyentes hasta el
fanatismo, como eran los caballeros templarios. Y ese secreto estaba en la
misma Biblia. Cito, a lo largo de la trama, varios pasajes bíblicos que tratan,
más o menos en enigma, de lo que probablemente Jacobo de Molay tuvo
conocimiento y por eso decidió enviar a uno de sus caballeros de confianza a
buscarlo. Una búsqueda que le llevó, según yo defiendo, unos siete años. El
Papa Clemente V era un acólito de Felipe IV. De hecho, y no voy a justificarle,
era prisionero del rey en Aviñón, ciudad a la que acudió para un evento
eclesiástico y de la cual ya no pudo salir nunca.
P.- ¿Entonces no fueron las riquezas acumuladas por el Temple en su
hacienda de París lo que desencadenó los acontecimientos?
R.- En parte, sí. Lo ocurrido la noche del 13 de octubre de 1307,
seguro. Pero, a partir de ese día, el rey francés, que necesitaba dinero
imperiosamente para sus caprichos y como dote de su hija a la que iba a casar
con el príncipe inglés, tenía a su disposición todo lo que guardaba la Torre del Temple en París.
¿Por qué entonces aguardó siete años para quemar vivo al Gran Maestre? ¿Por qué
lo sometió a suplicios tan horrendos? ¿Qué buscaba? Es donde me he permitido la
libertad para crear la novelización de lo que considero que buscaba. Y el resultado final, con los herederos del
Temple más vivos que nunca, estoy seguro que debió ocurrir como efectivamente
narro en la novela.
P.- Personajes de fuerte carácter que cambiaron la historia.
R.- La vida era muy breve, y son las personas, algunas veces una sola,
las que marcan los grandes cambios. Y en una novela, más aún. Me viene a la
memoria las palabras de Javier Pellicer, quien defiende que «los días de
novelas detallistas que se preocupan más por el mundo que por el argumento o
los personajes han pasado. Para eso está el ensayo», lo cual comparto. No en
esta novela, sino en toda mi obra. Además, he procurado dotar a la novela de
una estructura que la haga de fácil lectura, con fragmentos cortos, pensando en
el lector actual, quien dispone de poco tiempo y, muchas veces, lee en el
metro, o en el autobús, o cuando echado en la cama espera el sueño. Mi novela,
en ese aspecto, se adaptará a sus gustos lectores.
P.- ¿La ficción por encima de la historia?
R.- Sin lugar a dudas lo más importante es la ficción, estamos ante una
novela, no ante un ensayo. La ficción, en esta novela, respeta la historia, sin
lugar a dudas. Mira, he tenido un maestro sin igual, Antonio Galera Gracia, te
diré que uno de los cinco mayores especialistas mundiales en el mundo del
Temple, al que he podido consultar aspectos históricos y, de hecho, la novela
incluye tres apartados de textos históricos que situarán al lector ante la
novelización histórica.
Pero si el lector no se interesa por los
personajes, como te he comentado anteriormente, y por la ficción, abandonará el
libro y buscará otro. La historia la conoce, o puede conocerla, lo que quiere
saber es cómo piensa el autor que ocurrió. Eso es lo que hace el autor de una
novela, y aquí te quiero citar a Adrian Goldsworthy: «los novelistas tenemos
que rellenar los huecos con la mejor suposición posible o inventar algo que
resulte plausible». Yo estoy seguro de haberlo conseguido.
El libro se presenta
en el Festival Atlántico de Novela Negra, Tenerife Noir, el 25 de marzo, en
Ámbito Cultural de El Corte Inglés.