Escribir es un desahogo, una manera de
sublimar tus decepciones vitales. Creas un mundo imaginario en el que pones
patas arriba el mundo real.
P.- Alta Literatura y
Literatura de Género. ¿se puede hacer gran Literatura siguiendo las pautas de
un género como el policíaco?
R.- Por supuesto. En
cualquier género se puede escribir una obra grandiosa. Decía un autor, creo que
el genial Dostoievski, que si uno ha vivido dieciocho años, ya dispone de temas
suficientes para escribir todas las novelas que quiera. Hay autores del género
policíaco cuyas novelas engrandecen la historia de la Literatura, como: Raymond
Chandler, Arthur Conan Doyle, Georges Simenon, Henning Mankell...
P.- La ciudad de tu
novela ¿qué tiene de Bilbao y qué de otras grandes ciudades?
R.- Metrópoli es una
ciudad imaginaria formada por casi todas las ciudades que he conocido. Y la que
más conozco, es Bilbao.
P.- El papel de fuerte
contenido erótico de la modelo, pero a la vez de víctima: ¿Tiene que ver con
los estereotipos que los medios de comunicación han creado de la mujer de la
época?
R.- Sí. Patricia Serra es
un compendio de todos los ídolos que fabrica la opinión pública con tanta
facilidad. Ídolos, en muchas ocasiones, de barro.
P.-En cierta medida, las
dos hermanas de la novela son símbolos sexuales. ¿Por qué?
R.- Presento en la novela
una sociedad gobernada por la apariencia y en la que el periodismo del
chismorreo hace de su capa un sayo. Una apariencia que deslumbra tanto que hace
difícil, en ocasiones imposible, apreciar la esencia, lo que dignifica al ser humano.
Tampoco quería caer en ese tópico, tan manoseado que proclama que la belleza
resplandeciente apenas oculta en su interior unas migajas de inteligencia y
delicadeza. De ahí que Alma Serra, la actriz, sea una mujer con apariencia y
esencia, para desbaratar el tópico.
P.-¿Qué tipo de lectoras
has tenido antes de publicar la novela y cómo te han hecho cambiar tus puntos
de vista? (Si ha sucedido así en algún momento)
R.- Las mujeres leen más
que los hombres. Es una evidencia. Y en mi caso una evidencia abrumadora (por
cada lector hombre, es probable que tengo cinco lectoras mujeres). Siempre que
estás dispuesto a aprender, las personas que conoces te permiten en muchos
casos iluminar con más potencia algunos conocimientos, en otros alumbrar zonas
en penumbra y, excepcionalmente, encender una vela en la oscuridad de la
ignorancia. Amigos de verdad tengo pocos, y los que tengo son preferentemente
mujeres. La empatía, la cualidad fundamental de un escritor, te permite
adentrarte en el mundo interior de otras personas. Y , para acceder a la esencia
de otro, no existe otro modo que mediante la escucha, la observación y la
lectura. Y digo lectura porque una de mis mejores amigas es la poetisa
argentina Liliana Cristina García, a quien no conozco personalmente, pero con
la que he intercambiado miles de cartas.
P.-¿Cómo has enfocado los
distintos puntos de vista en la narración?
R.- Me he sumergido en
mis entretelas para extraer de ahí los rasgos mas sobresalientes de los
personajes que he conocido en mis cincuenta y tantos años de vida. Personajes
que se amoldaban a los caracteres de los hombres y mujeres que aparecen en mi
novela. Y en mis adentros también viven personajes de leyenda (cine,
literatura)
P.-¿El lector puede
permanecer neutral según se va desarrollando la historia?
R.- Resulta difícil
mantenerse neutral cuando uno de los protagonistas de la historia es un hombre
a quien no le importa matar para conseguir sus fines. Una cosa es comprender y
otra muy diferente justificar. El buen lector comprende los motivos que
impulsan a actuar a un personaje en cuestión, pero, amparándose en su ética,
luego acepta o rechaza. Espero que los actos de Roberto Alcázar, verosímiles
desde un punto de vista literario, produzcan un rechazo generalizado en mis
lectores.
P.-¿Es una novela de
tesis o, sobre todo, una novela que pretende contar situaciones y participar de
vivencias?
R.- Es una novela en la
que planteo una cuestión capital: Las palabras no son inocentes; somos la voz
que tenemos. Y esta voz, cuando se fundamenta en informaciones carentes de
rigor, puede arruinar muchas vidas.
P.-Haces cuento,
microrrelato, libros de no ficción, novela. Y en todo derrochas una gran
energía. ¿Un escritor es alguien que tiene diversas almas dentro de sí mismo y
por ello tantas ocupaciones distintas, o en el fondo todo es lo mismo?
R.- Todo es trigo para el
molino del escritor. He procurado diversificar mi vocación literaria, entre
otras cosas porque sólo incrementando el nivel de dificultad, lo que yo llamo
la dificultad deseable, uno lleva sus límites un poco más allá. También lo
intenté con la Poesía, ese arte de escribir las palabras más hermosas en el
mejor de los órdenes, pero me percaté a tiempo de que lo mío era la prosa, o
sea, el arte de escribir las palabras más precisas en el mejor de los órdenes.
P.-La novela negra ha tomado el lugar del
realismo y se centra en denunciar los males de la sociedad, la violencia, la
corrupción. ¿Este auge de la novela negra sobre los demás géneros puede deberse
a la desesperanza generalizada?
R.- Sí. Escribir también
es desahogo, es una manera sublimar tus decepciones vitales. Creas un mundo
imaginario en el que pones patas arriba el mundo real, como si dijeras:
"Así me gustaría que fuera la realidad". Y al crearla, de alguna
manera alimentas la esperanza de que ese mundo de ficción se encarne algún día
en la realidad.
Toda la información sobre el libro en http://www.mareditor.com/narrativa/exclusiva_asesino.htm